Ayer he regresado de mi viaje al Distrito Federal, la ciudad de los palacios, en el trayecto charlaba con mi hijo Josh, le contaba de las maravillas que me ha tocado en gracia contemplar de la naturaleza en esos viajes, algunas por demás fantasticas...
en particular las que me sucedieron siendo ellos pequeños y estando embarazada de mi nena (la unica mujer y tercera en sucesión) siempre he viajado en mi coche desde mi salida de casa de mis padres y tomado las responsabilidades de ser esposa y madre... me gusta viajar en mi coche, contemplar amaneceres y atardeceres en carretera, la música nunca ha faltado en esos viajes y esta no fué la excepción, en la radio tocaban música de los 80's de la cual mi hijo es fiel admirador y que decir de mi que la viví... al pasar por un paraje conocido le contaba que hace ya 14 años presencié junto a mi hermano que en ese momento me acompañaba el nacimiento o final de un arcoiris a un costado de la carretera, me preguntó porque no habiamos parado y verificamos la leyenda del tesoro escondido al final del arcoiris... por un momento no supe que contestar, creo que ni yo misma me lo habia preguntado antes... ahora que lo pienso, tal vez fué por incredulidad o solamente por no perder la imagen que se mostraba ante mis ojos o quizá temor, temor a lo desconocido, tomado ya el tema, le conté tambien al pasar por otro paisaje recorrido por demás decir hermoso donde se torna una pronunciada bajada y se contempla el valle, que otro maravilloso suceso me habia pasado en ese lugar... volviamos de casa de la familia de mi entonces esposo en el Estado de México, ya habiamos pasado Tlaxcala, y nos tocaba pasar un pedacito del Estado de Puebla antes de ingresar al estado de Veracruz, su padre dormia en el
lugar del copiloto como sucedia con frecuencia en nuestros viajes, pasaba ya la media noche y la carretera estaba con poco tránsito, mis hijos Jr. el mayor y Josh el que le sigue dormían en el asiento trasero hecho una confortable cama, aún eran pequeños yo embarazada de mi nena llevaba el control del volante, cuando de repente del cielo emerge una potente luz que iluminó el valle completo, no sé si fué una estrella que caía o un asteroide, pero la sensación que inundó mi ser no fué de miedo, sino de sorpresa, en el pecho sentí como se expandia y un calorcito abrazó mi cuerpo... desperté a su padre quien pudo contemplar lo que yo veia... La luz duró solo unos segundos, pero bastó para sentirme en comunión con esa naturaleza divina que nos rodea y muy pocas veces vemos... el viaje continuó y mi hijo decia que esperaba algún dia tener ese privilegio.
A pocos kms. de Xalapa, Ver.
lugar donde radico inició un fenómeno que es normal en esa parte de México, un manto gris comenzó a cubrirnos, siempre he dicho que no necesito ir a Londres para gozar de una buena neblina, con solo abrir las ventanas de mi casa puedo verla avanzar lentamente a la ciudad, pasabamos el pueblo de Perote,
Veracruz cuando ese manto comenzó a cubrirnos, el sol que momentos antes nos acompañaba cedió el paso a una llovizna leve, el paisaje se volvió gris y hermoso, le pedi a mi hijo tomara algunas fotos de esos lugares que me encantan, el camino rodeado de grandes coniferas aun no tocadas por el hombre me reconforta y en continua charla le conté mi más grande sueño... poseer una pequeña cabaña en alguno de esos lugares mágicos y ahí esperarles acompañados ya por sus familias, Xalapa está rodeada de grandes bosques y montañas que dan el toque en estas fechas navideñas, y que mejor que poseer un lugar donde siempre se respire ese ambiente, comentaba con él hacerca de crear un lugar donde personas que deseen el cuadro ideóneo para pasar esas fiestas en familia se haga realidad, sé que probablemente ya existan esos lugares... pero yo quisiera poseer uno jejeje y bueno, nuestra casa nos esperaba y ya pronto llegabamos a ella, Xalapa nos dió la bienvenida con su microclima que relaja y despeja la mente... Adoro esta ciudad!!!
ma, aunque por las noches te sientas tan sola y tan desprotegida...
